Algunas parejas de tigres suelen irse lejos para así poder acariciarse bien, sin interrupciones ni cosas que los puedan molestar, cuando una hembra y un macho se gustan y deciden aparearse, participan en este acto en varias ocasiones en un lapso de unos cuántos días, tiempo en el que la hembra se mantiene en calor por un período, igual que el macho, en el cual se vuelve algo muy común verlo aparearse con varias hembras diferentes, siempre y cuando se encuentre en condiciones sanas y sus necesidades sean satisfechas, después de ocurrido el embarazo de una hembra, durará aproximadamente unas 16 semanas para que los cachorros nazcan, generalmente las hembras suelen retirarse hasta cuevas o lugares encerrados para poder llevar a cabo el proceso de parto de sus cachorros.
Generalmente el parto de una hembra, consta de 3 crías, aproximadamente de 2 libras cada una, siendo totalmente dependientes de su madre en las primeras semanas en las que los cachorros nacen y se siguen encontrando ciegos, hasta que cercano a las 8 semanas, empiezan a abrir sus ojos y poder ver el mundo en el que se encuentran. Los machos muy a menudo intentan matar a sus crías si llegan a entrar en contacto con ellos para que así la hembra pueda volver a aparearse con él. Según investigaciones, en los nacimientos de cachorros de tigre, siempre hay un cachorro que domina y sobresale entre los otros, generalmente macho, el cual será al que siempre su madre le dará mayor cantidad de alimentos, protección y mayor atención, con el tiempo los cachorros, junto a su madre, irán aprendiendo cómo cazar, hasta irse haciendo mayores, en el momento en que las crías disponen de un año y medio a dos años de edad, ya se encuentran dispuestos a ir por su propia cuenta a sobrevivir y hacer las actividades con las que tienen que vivr por el resto de sus vidas, las hembras suelen hacer territorios ampliamente parecidos al de su madre.
Las hembras tienden a ser muy buenas madres, ya que se vuelven muy celosas y muy defensivas cuando se trata de mantener a sus cachorros a salvo de los depredadores, en muchos casos las madres se hacen cargo tan sólo del cuidado de una o dos crías, y los otros/as, siendo los más fuertes tendrán que salir adelante con su instinto de supervivencia y con lo que hayan aprendido en sus períodos al estar con su madre. La tasa de mortalidad de los tigres jóvenes es bastante alarmante, se estima que menos de la mitad de ellos sobrevive a los dos años de vida, siendo en muchos casos asesinados por los machos que se sienten amenazados por ellos, o en otros casos por no obtener el alimento o recursos suficientes que quieren, además en muchos casos se llegan a convertir en presas de otros animales que se encuentran en sus zonas o en la naturaleza como tal.
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